La carne blanca también aumenta el colesterol, según una reciente investigación

Sabemos que el colesterol sanguíneo elevado no es bueno para la salud del corazón y las arterias, y muchos alimentos lo incrementan, por lo que solemos evitarlos o reemplazarlos por otros más saludables. Ese es el caso de la carne roja, la cual muchos sustituyen por la blanca. Sin embargo, un estudio reciente descubrió algo que podría cambiar por completo el enfoque que se tiene con respecto a qué cárnico incorporar a la dieta para evitar que nuestro organismo se vea afectado por nuestra alimentación.

Asuntosvirales.com se interesa por los nuevos descubrimientos de la ciencia a favor de la salud. Por eso investigó en profundidad este estudio y quiere compartir contigo sus detalles más importantes.

Qué es el colesterol

La institución Texas Health explica que el colesterol es un lípido, es decir, una sustancia grasa que el hígado produce y que es utilizada por las células para formar sus membranas o fabricar hormonas. Los alimentos de origen animal, como la carne, huevos y lácteos, contienen colesterol dentro de su composición. Cuando los consumimos, incorporamos una cantidad extra de este al organismo. Sin embargo, la causa principal del aumento de colesterol es la materia grasa que contienen los alimentos.

Un nivel alto de colesterol sanguíneo aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, pues este tiende a acumularse en las arterias. El nivel recomendado de este lípido en sangre es representado en miligramos por decilitro. Un valor normal debe estar por debajo de los 200 mg/dl. Superando esa cifra, se considera que el colesterol está elevado y que es necesario reducirlo. Para disminuirlo hay que tomar ciertas medidas indicadas por un médico, como bajar de peso, cambiar la alimentación y hacer ejercicio.

Carne roja vs. blanca

La carne blanca también aumenta el colesterol, según una reciente investigación.

En las últimas décadas, el consumo de carne roja adquirió mala fama porque se lo asociaba con el aumento del colesterol. Por eso se comenzó a recomendar reemplazarla por carnes con una cantidad menor de grasa, como blanca de aves de corral y de conejo.

Nadie se había preguntado si la carne blanca contenía menos colesterol, hasta que unos científicos del Children’s Hospital Oakland Research Institute decidieron ponerse a la tarea de comparar ambos tipos. Lo que encontraron fue realmente sorprendente: comer carne roja aporta la misma cantidad de colesterol que ingerir cárnicos blancos, cuando los niveles de materia grasa son equivalentes. Esto quiere decir que ninguna de las dos resulta saludable si no se las consume con moderación.

Cuando comenzó la comparación, se esperaba que la carne roja de cerdo o de res tuviera un efecto adverso en los niveles de colesterol sanguíneo. Sin embargo, ese no fue el caso, pues resulta que los niveles también aumentaron con la carne blanca, según afirmó el Dr. Ronald Krauss, responsable de la investigación.

Y, ahora, qué comemos

Según concluyó el estudio, para reducir los niveles de colesterol en sangre es preciso evitar o reducir al mínimo la ingesta de carnes rojas y blancas. Si no es posible hacer eso, entonces debes elegir cortes de carne magra, es decir, sin grasa visible. Otra recomendación es comenzar por no comer este producto un día a la semana. Por ejemplo: establecer los lunes sin alimentos cárnicos.

De todas maneras, nuestro organismo necesita recibir proteínas de calidad para activar todas sus funciones. Así que, ¿dónde podemos conseguirlas? Otro estudio publicado en la revista Circulation demostró que una dieta rica en proteínas vegetales no solo ayuda a reducir los niveles de colesterol perjudiciales, sino que también mejora la salud cardiovascular. Además de consumir lácteos descremados, pescado, frutas, vegetales y huevos, estos alimentos son fuente importante de proteínas:

  • Legumbres: lentejas, frijoles, soja y garbanzos.
  • Quínoa.
  • Hongos o setas, como champiñones.
  • Productos a base de soja: tempeh y tofu.
  • Seitán: elaborado a base de trigo.
  • Epirulina: alga comestible.
  • Semillas y frutos secos: cacahuates, nueces, almendras y anacardos. Semillas de sésamo, girasol, cáñamo, chía y calabaza.

El médico también puede recetarte medicamentos para controlar el colesterol, y, por supuesto, es importante que realices actividad física con regularidad.

¿Te sorprendió lo que este estudio descubrió? ¿Estarías dispuesto a renunciar a la carne si fuera estrictamente necesario? ¡Tu opinión nos interesa! Compártela con nosotros en los comentarios.

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